La vida está llena de retos, sí así la queremos ver. Nosotros mismos alcanzamos una serie de metas para autorealizarnos, o no. Pero una vez que crecemos, nadie nos está persiguiendo o evaluando el desempeño, como en la escuela o la niñez en casa. La principal herramienta para lograr los objetivos es, entonces, la autoexigencia. El ímpetu y tiempo que dediquemos equivale a los resultados, aunque nos caigamos una y otra vez. Por eso, importa conocer tus propios límites, para saber hasta dónde exigirte y no malpasarte. Hoy te traemos un test psicológico para saber en qué nivel estás al respecto de la autoexigencia y así seas consciente de cuál es el siguiente paso.
Medir la autoexigencia depende de diversos factores. Los límites a tomar en cuenta son la salud mental y física, como mínimo. Pero muchas veces no sabemos cuáles aspectos mentales debemos de cuidar. Venimos de una cultura trabajadora donde se estira el horario laboral y no tiene consecuencias, a primera vista. Sin embargo, la sociedad actual sumergida en el ambiente urbano lleno de estrés nos trae nuevos retos.
Podemos dividir la autoexigencia en tres rubros:
1. Por metas propias: quizá la menor cantidad de personas pertenece aquí, pero si eres uno de estos felicidades. La mayoría poblamos alguna de las otras dos categorías. Tu ejemplo motiva si es que tus metas te empujan y te llenan de energía para completar cada tarea que te propones para alcanzar tus sueños. No obstante debes de cuidarte. La recompensa puede que sea grande, pero no más que tu salud. Después de todo, economizamos al cuidar nuestra salud, pues desgastarnos en el trabajo solo traerá secuelas posteriores, como la necesidad de atención médica.
2. Por autoestima: la gente le da valor a las cosas y, bueno o malo, a las personas también. En consecuencia, hay tantos que aspiran a ganarse el reconocimiento de los demás. Con base en la perspectiva de los demás, nos otorgamos nuestro lugar. Sin embargo, la salud nos indica que el protagonista que debe de valorarse es uno mismo.
3. Por ansiedad: los trabajadores tienden a seguir órdenes de sus superiores. Si no están constantemente motivados, tienden a realizar las tareas por estrés o miedo de perder el empleo. El grado de estrés corporal de cada quien depende de su propia mecánica mental, por decirle de alguna manera.
Sin mayor preámbulo, pasemos a las preguntas y una breve explicación de cada una.
1.- ¿Te consideras perfeccionista? ¿Sí o no?
En esta pregunta debemos de especificar. Hay grados, pero aquí establezcamos límites. Le llamamos perfeccionista en este test psicológico a aquel que no se toma descansos frecuentemente, no toma agua, come mal, descansa muy poco y todo por realizar una tarea lo mejor posible.
Si te sobra tiempo y lo inviertes en obtener un mejor producto, qué actitud tan decidida. Pero si te desvives por mejorar algo, créeme que no lo vale. Las cosas a veces pueden seguir mejorando y mejorando, como un pozo sin fondo.
2.- ¿Te gusta trabajar en equipo? ¿Sí o no?
El objetivo de este punto es descubrir el esfuerzo que invertimos en cualquier trabajo. Si es algo que podría hacer alguien más, pero no lo dejas porque “tú lo haces mejor” o “a ellos no les interesa como a mí”, responde esta pregunta con un no.
Muchas veces se trata de soltar, aceptas que las cosas no son perfectas. Y la verdad a veces es cuestión de perspectivas, ¿qué es mejor o peor? Por un día, hay que soltar y ser un poco más libres.
3.- ¿Abandonas tus horas de sueño y de comida por trabajar? ¿Sí o no?
Esta pregunta se parece más a la primera, pero sin el factor perfeccionismo. Digamos que lo haces por las primeras semanas en el trabajo, en lo que te acostumbras. Pero si se convierte en hábito, es nocivo para ti y, por ende, para la empresa. Las jornadas de 8 horas ya tienen su rigor, 7 también, no se diga 9 o más. Se recomienda respetar tus 8 horas de trabajo, máximo 11 si es que estás en una necesidad económica extrema. De lo contrario, habla con tus jefes para explicarles lo que pasa.
4.- ¿Te consideras controlador? ¿Sí o no?
Vivimos en sociedad y las cosas cambian dependiendo del lugar al que vayamos. Pero conservamos un instinto territorial (podemos decirle así, pero no es tan literal). Queremos que las cosas mantengan un orden. Nos resulta fácil conservar ese orden, y cuando alguien lo irrumpe hace los procesos más complejos en lo que encontramos un nuevo orden. Pero el ciclo se repite, y siempre hay cambios.
Es imposible vivir de la misma manera siempre. Sin embargo el carácter controlador permanece. Por eso se recomienda manejarlo de manera prudente siempre, nunca en exceso. La respuesta a esta pregunta es sí cuando te enojas con facilidad y te resistes al cambio de manera irracional.
5.- ¿Te castigas cuando te equivocas? ¿Sí o no?
A nadie le gusta equivocarse. ¡Pero a todos nos pasa! Lo importante de equivocarnos es aprender de los errores. Solo así aprendemos y crecemos como personas. Para la próxima, dale menos vueltas a la situación.
Dependiendo de tu puntuación, te sitúas en una de las siguientes clasificaciones:
Si obtuviste la mayor cantidad de respuestas un sí, es un ALTO. Por lo tanto, eres una persona autoexigente. Inviertes tu tiempo en conseguir el mejor resultado, pero puede resultar peligroso para ti mismo. Los errores están mal, sin rodeos. No te permites un momento de descanso, aunque te lo merezcas. Si gustas, acércate a nosotros para poder asesorarte un poco más.
Por el otro bajo, tu nivel de autoexigencia es BAJO si tuviste 3 o más respuestas NO. Puedes estar tranquilo. Ejercitas tu amor propio de manera sana. Adaptas tus expectativas, metas y sueños a la realidad, sabes que es de humanos equivocarse y te sabs humano. Te felicitamos mucho por pasar este test psicológico y te alentamos a que sigas con esta actitud positiva y ejemplar. Te mandamos un abrazo desde acá.