El sistema educativo pareció permanecer prácticamente igual desde que se instauró en la época posterior a la Revolución Industrial.
De repente, el avance de la tecnología irrumpió en todos los espacios, incluido en el de la educación.
El resultado es que en tan solo 20 años, la forma en la que concebíamos estudiar pasó de ser representada por un pizarrón y un aula de clases a una computadora, una cámara y una silla en casa.
Tal parece que ese futuro lejano y, hasta inalcanzable, ya nos alcanzó.
Aunque muchos se resistan, los beneficios de recibir clases online son incuestionables.
Datos importantes acerca del crecimiento de la educación virtual
Aunque este sector venía creciendo de forma constante, la pandemia del COVID-19 no hizo más que acelerar su consolidación.
Países como Estados Unidos, India, China, Corea del Sur y Reino Unido son de los que más invierten en esta modalidad de estudio.
Por ejemplo, en el caso de primera potencia mundial, una encuesta mostró que el 59% de los estudiantes universitarios del país norteamericano, declaró que su educación universitaria había sido más satisfactoria hecha desde casa que en un aula de clases. (Duffin, 2019).
Justamente es en este país en donde la inversión en educación online alcanzó en 2017 la cifra de 13 mil millones de dólares.
Parece que hay algo que los países más desarrollados saben y que otros ignoran.
Pero no hace falta que pongamos muy lejos nuestra atención para comprender la importancia del fenómeno.
Ahora mismo, en Latinoamérica, son muchos los países en los que esta modalidad ocupa cada vez más espacios.
De hecho, en países como Chile y Argentina, un estudio de la consultora Kaagan Research revela que la educación online ha crecido desde 2020 en un 30%.
Veamos cuáles son los 5 más importantes
5 beneficios de recibir clases online
1.Es más barata (mucho)
Cuando estudias desde casa evitas gastos en transporte y desplazamientos.
Normalmente, la educación virtual está diseñada para que muchas personas puedan acceder a ella sin sacrificar la calidad.
Esto índice significativamente en una disminución de costos en las matrículas.
2.Flexibilidad de horarios
Si ir a la escuela o a la universidad implica que debes estar presente a una hora específica y cumplir con el horario impuesto de forma obligatoria, las clases online te permiten, en la mayoría de casos, seleccionar la hora en la que vas a estudiar.
Bien sea que vayas a contactarte con un profesor o asistir a alguna clase grabada, la flexibilidad horaria es mucho mayor.
3.Menos desgaste físico
Asistir a clases, ir al gimnasio, salir a tomar un café, tener un empleo y estar con tu familia puede parecer una tarea imposible.
Si bien es cierto que durante muchos años todas estas actividades se podían congeniar, debido a asuntos tan comunes como el tráfico y la creciente lista de actividades por cumplir durante un día, hoy es mucho más difícil.
Uno de los beneficios de recibir clases online es que tendrás que desplazarte menos y conseguirás cansarte menos.
4.Mejora tu disciplina
Las clases virtuales desde casa o la oficina son un motivador para desarrollar la disciplina.
Cuando tenemos varias actividades por hacer, hay dos opciones básicas: organizarse o dejarse desbordar por las tareas.
Si eliges la primera, tendrás que desarrollar métodos efectivos para vivir con mayor disciplina.
Este tipo de aprendizajes redunda en otras áreas de tu vida, con lo cual también puedes alcanzar nuevos niveles de productividad y excelencia.
5.Fácil acceso, aun en situaciones adversas
Entre los principales beneficios de recibir clases online está el hecho de que casi nada las detiene.
Pensemos en escenarios triviales como una fuerte lluvia o escenarios complejos como movilizaciones o protestas.
Para el mundo online no hay pausa. Eres tú quien las pone, pero las plataformas en internet están disponibles 24/7 los 365 días al año.
Esto equivale a tener una tienda que no cierra nunca y que, aunque no siempre abierta para despacho, siempre lo está para recibir pedidos.
Dar clases online implica que no tienes que estar siempre compartiendo algún conocimiento, sino que el propio sistema de reservas puede estar agendando clases para ti.
¿Se acabarán entonces de forma definitiva las clases presenciales?
No. Pensar que el mundo físico y el virtual se anulan entre ellos es un ejercicio pesimista.
Así como el teletrabajo coexiste en forma eficiente con el trabajo físico en las oficinas y empresas, lo mismo sucederá con la educación online.
Lejos de ser vista como una amenaza, todo aquel que se dedique a la enseñanza y a la educación formal, debería ver a las clases online como un soporte poderoso que potencie sus resultados.
Los casos de pandemias están siempre latentes. Algo similar sucede con los desastres naturales.
Entre mejor trabajados tengas ambos canales de comunicación, menos probabilidades tendrás de dejar de percibir ingresos económicos en casos de contingencias.
Las clases presenciales son una forma de sociabilizar que difícilmente sea sustituida, pero no son perfectas (como nada en la vida).
Las clases online te permiten conocer personas de otros países sin tener que tomar un solo avión. Esta experiencia no solo es enriquecedora, sino muy gratificante.
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Conclusión
La historia nos demuestra que a veces subestimamos las proyecciones del futuro que muchos hacen.
Hace 100 años la idea de viajar al espacio parecía para algunas personas algo impensable.
Los hechos demostraron lo contrario.
Del mismo modo, para alguien que se imaginaba la educación hace un par de décadas, la enseñanza virtual, pudo hacer parecido algo tirado de los pelos.
Hoy en día sabemos los beneficios de recibir clases online, no solo porque alguien nos lo diga, sino porque la gran mayoría ya se ha beneficiado de recibirlas o de ganar dinero dictándolas.
En casos como estos, lo mejor es anticiparse y no esperar a tener la urgencia de investigar cómo es que se logra una excelente relación tiempo-calidad para alumnos y para profesores que usan los entornos virtuales.