Las decisiones de la vida a veces son difíciles. Y “¿qué quiero hacer con mi vida?” cabe dentro de esta categoría. Escoger una profesión define a qué le dedicarás años de tu tiempo y esfuerzo a una misma actividad. Piensas: “mejor será que escoja la correcta, no me vaya a arrepentir en diez años…”.
Tienes bastante razón. La felicidad de la vida podríamos decir que es una combinación de bienestar y realización personal. Si veinte actividades te dejan dinero, mejor haz la de mayor afinidad con tu actitud. No a todas las personas las convence hacer grandes cantidades de dinero, a otros sí. Lo importante es tenerlo claro.
Los orientadores vocacionales son personas enfocadas en apoyar a las personas a mostrar las afinidades que tienes. En otras palabras, mediante estudios de personalidad, revelan nuestras actitudes y aptitudes. Además, están informados del mundo académico y laboral. Por ende, nos dan las herramientas para elegir estudios y actividades que combinan con nuestra personalidad.
Por otra parte, sabemos que hay muchos exámenes gratuitos por internet que cumplen una función similar. La intención de este blog es mostrarte las diferencias entre la orientación vocacional personalizada con un experto y la que te ofrece un examen.
Variedad de pruebas
En internet encuentras el examen básico y general. Claro que ayuda. Es un excelente paso inicial. Incluso, el orientador también te aplicará ese mismo. Sin embargo, este es solo un paso para revelar tu personalidad.
Existen distintos indicadores en cada persona, y podemos ahondar en cada individuo. Ya sea por medio de preguntas u otras pruebas, se pueden conformar perfiles más elaborados de cada individuo.
Hacerles preguntas
Todos tenemos dudas e incluso inseguridades. Externarlas y escuchar la experiencia de un experto siempre nos da tranquilidad. Son especialistas que han trabajado con personas en la misma situación previamente y han sido testigos de los resultados.
Será un detalle pequeño en apariencia. Pero nos da el soporte que necesitamos para aventurarnos en una experiencia que dura tanto tiempo como lo son los estudios profesionales. El trabajo en equipo siempre es mejor.
Experiencia previa
Este rubro va muy de la mano con el anterior. Sin embargo, estas son las observaciones que el orientador puede aportar desde sus trabajos previos. Nosotros quizá estamos dudando entre tres opciones, o más. Él nos puede platicar la historia de otro que estuvo en el mismo lugar que tú, o que tenía actitudes similares.
Incluso hay quien opine que la experiencia es el mejor maestro.
Recomendaciones
Este rubro también se liga al anterior de manera cercana. Los especialistas usualmente conocen el mundo académico y laboral. Están al tanto de la oferta académica e investigan sobre lo solicitado de cada trabajo en la sociedad. De esta manera, pueden recomendarte algo afín a tus actitudes e intereses y te dan consejos previos para saber cómo desempeñarte posteriormente.
Cómo prepararte para tu orientación vocacional
Te mostramos algunas recomendaciones para agilizar el proceso y al mismo tiempo aumentar su efectividad. Pregúntate qué te gusta hacer. No importa la actividad que sea, en verdad. Las siguientes respuestas son igual de válidas: pasar tiempo en las redes sociales, salir a caminar, pasar tiempo con tus amigos, aprender de música en internet, contar bromas, comer, y un sinfín más.
Además, recuerda otras experiencias laborales y estudiantiles, pero fíjate en cuáles te gustaban y cuáles no. También haz memoria de los resultados que obtuviste en dichas experiencias. ¿Llegaron a reconocer tu desempeño en el trabajo? ¿Lograste calificaciones sobresalientes en alguna materia en especial?
Incluso resulta valioso saber que te gusta o no estudiar. Es una actitud que habla de ti. Si estás dispuesto a estudiar aunque no te guste, dice mucho de tu personalidad. Y no es malo, al contrario, es bueno saberlo.
Las personas cambian
Los gustos varían conforme transcurre la vida. No tengas miedo de hacer una elección hoy y cambiar en un mes o en cinco años. Solamente cree en tus gustos y tus ideas. Es normal que la gente se haya dedicado a cosas muy distintas a los largo de la vida. Podrías ser ingeniero o profesor por los próximos diez años y después intentar algo distinto.
El objetivo principal de la orientación vocacional es descubrir tus talentos. Así, refuerzas una idea que tú ya tengas o formulas una nueva. Quizá tienes un proyecto en mente que te gustaría realizar. Entonces, por medio de la orientación soportas ese proyecto desde las áreas fuertes que ya posees o te dedicas a algún otro que ya tenías en mente.
Conclusiones
A manera de resumen, te recordamos que el apoyo de un especialista ayuda a descubrir de manera más detallada tus fuertes. Todos somos distintos y tenemos capacidades propias. Por poner un ejemplo práctico, una empresa está conformada por una gran variedad de personas especializadas en su área.
Además, puedes hacer ejercicios previos para acelerar tu proceso de orientación vocacional. Son respuestas que todos sabemos o podemos obtener con ayuda de la gente que nos conoce. Ellos observan nuestras actividades desde fuera. Hacemos esta recomendación porque muchas veces no somos conscientes de nuestra propia manera de ser.